UNA LETANIA DE LUTO Y ARREPENTIMIENTO POR NUESTRO TRATO HACIA EL INMIGRANTE Y REFUGIADO

En las últimas semanas ha aumentado dramáticamente la tensión que sienten inmigrantes viviendo en Estados Unidos aun en medio de un tiempo ya bastante difícil estos últimos años. Amenazas de redadas y deportaciones, cambios rápidos e confusos al sistema legal haciendo mucho mas difícil el proceso de pedir asilo, y el aumento de retórica negativa respecto a inmigrantes en los medios de comunicación han aterrorizado a la comunidad inmigrante incluyendo a los de nuestra familia de Caminemos Juntos. En muchos sentidos somos un pueblo perseguido. Entonces como Iglesia, como inmigrantes y no-inmigrantes, latinos, afroamericanos, asiáticos y blancos juntos clamamos al Señor. Oramos, nos arrepentimos, y a la vez, tenemos esperanza sabiendo que la Iglesia siempre ha florecido y se ha multiplicado en tiempos de persecución.

La siguiente letania ha sido preparado para uso en la sesión plenaria de apertura de Caminemos Juntos Norteamérica, jueves Agosto 1, 2019 en Chicago, IL.

Una Letania de Luto y Arrepentimiento para Nuestro Tratamiento de Inmigrantes y Refugiados

O Dios, creador del cielo y la tierra

Ten piedad de nosotros

Oh Dios el Hijo, Redentor del mindo,                                    

Ten piedad de nosotros.                                      

O Dios el Espiritu Santo, santificador de los fieles

Ten piedad de nosotros.                                                              

 Oh santo, bendito, y gloriosa Trinidad, un Dios,        

Ten piedad de nosotros.                                      

 

Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios.Hombre y mujer los creó.” Pero hemos, por pensamiento, palabra y obra, negado la verdad de que cada inmigrante y refugiado es creado en tu imagen. 

Pueblo: Señor, ten piedad de nosotros

Tú dijiste: “No opriman al extranjero, pues ya lo han experimentado en carne propia:    ustedes mismos fueron extranjeros en Egipto.” Pero nos hemos olvidado de las dificultades que nuestros antepasados sufrieron al venir a este país de otras tierras y nos hemos olvidado que como iglesia  somos un pueblo inmigrante.                                        

Tú dijiste: “Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal Al contrario, trátenlo como si fuera uno de  ustedes… Ámenlo como a ustedes mismos.” Pero hemos tratado mal a los que vienen a estas tierras: separando hijos de padres y esposos de esposas, limitando oportunidades de trabajo y y no amando a estos nuevos vecinos como nosotros mismos.

Pueblo: Señor, ten piedad de nosotros

 Tu dijiste: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes.“ Pero en vez de reconocer tus propósitos soberanos en la dispersión de pueblos tras fronteras, hemos  visto a inmigrantes como una amenaza. En vez de dar una santa bienvenida hemos practicado nacionalismo proteccionista y no hemos sometido nuestro pensar a la autoridad de tu palabra.      

Pueblo: Señor, ten piedad de nosotros.

 

Tu dijiste que ante ti habrá “una multitud tomada de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas” Pero no nos hemos preparado para ese futuro multilingue y multicultural. No hemos recibido la diversidad de dones y vitalidad que inmigrantes traen a la Iglesia. Nos hemos opuesto a cambio resistiendo caualquier cambio worship and life.                                                       

Señor, ten piedad de nosotros,

Cristo ten piedad de nosotros

Señor ten piedad de nosotros.

                  

Oremos. 

Padre Celestial,

De quien cada familia en la tierra deriva su nombre,

Ten piedad por todos los que peregrinan por la tierra.

Igual como tu refugiaste a tu hijo Jesús

Quien huyó de la tiranía de Herodes,

Ahora prove nuevos hogares para los que

huyen la violencia de estos tiempos

Para que conozcan la paz de Cristo.

Da a tu pueblo la gracia de tener corazones de

bienvenida y vidas de valentía

Por Jesucristo quien vive y reina contigo

y el Espíritu Santo,

Un solo Dios, ahora y para siempre. Amén.